En numerosas ocasiones, la vida no nos pone fácil el camino. Los obstáculos vienen dados, o incluso, nos empeñamos en poner más dificultades delante de nuestros pies. Unas veces podemos elegir, otras no tanto.
Hoy os dejo un nuevo corto, también de Pixar, como ya he elegido en otras ocasiones. Puede que penséis que es un corto para niños, pero es un corto para todos.
Hoy no voy a contaros más cosas, prefiero que lo veáis y conectéis con vuestra emoción, con vuestro sentimiento, con vuestras vivencias. Momentos donde la dificultad os invadió, pero no os impidió cambiar la perspectiva y continuar.
Hoy me gustaría transmitiros mi emoción. ¡Cómo un dibujo me ha llegado tan adentro en tan poco minutos!. Es increíble sentir la belleza de la capacidad de superación y la cómo es posible poder disfrutar cuando uno cumple lo que más deseaba. Aquí os lo dejo:
Hoy os animo a compartir vuestras experiencias, aquellas que os hayan traído un recuerdo, después de ver a nuestro personaje particular.
Tengo un listado de “Ideas Geniales”, un pequeño tesoro que guardo y colecciono, con la esperanza de poder compartirlas cada semana aquí, en mi pequeño rincón. En esta ocasión, mis ojos se han detenido en una nota que decía “Bajo la misma estrella”. Seguramente muchos conozcáis este título por la novela de John Green, y otros, como fue mi caso, la hayáis descubierto por la adaptación cinematográfica, que te llega al alma desde el primer minuto.
“Bajo la misma estrella” me sirve en este caso como trampolín para lanzarme a escribir un post que desde hace tiempo me rondaba la cabeza: la fortaleza del ser humano.
La vida, en numerosas ocasiones te pone trabas. Pueden venir en forma de enfermedad física y/o emocional, una familia rota o no deseada, amores frustrados, sentimientos encontrados, un duelo inesperado, un fracaso o una decepción. Quizás la lista sea más larga de lo que nos gustaría y no es necesario enumerarlo todo para que cada pueda visualizar su piedra en el camino.
El caso, es que la mayoría de los humanos tenemos nuestra particular fortaleza para enfrentarnos a todo esto.
Fuente: Raquel Cuenca Nieto
¿Por qué?. Los expertos lo llaman resiliencia, yo le llamo impulso para sobrevivir. También se habla de capacidad de superación o de resignación. En cualquier caso, somos capaces de volver a levantarnos y continuar.
Seguramente si nos preguntaran en tiempo presente, nunca creeríamos en la superación. Pensaríamos que quien nos está diciendo esto no tiene cordura o simplemente se le da bien decir bonitas palabras (pero no están en el pellejo de quién lo pasa). La gracia está en que el aprendizaje, se obtiene con una mirada retrospectiva.
Sin embargo, los días pasan, y aunque pensábamos que no sería posible, al final uno sobrevive al dolor. Cogiendo el ejemplo de lo que me ha inspirado esta entrada, es increíble como incluso el sufrimiento puede llegar a unir a los protagonistas, hasta tal punto que pueden transformar en amor, lo que para el resto sólo es tristeza. Y lo consiguen, porque aunque sus cabezas (racionales y conscientes) sepan el desenlace, otra parte más intuitiva y emocional, manda un contramensaje: disfrutar de la vida (o, al menos, darle sentido).
El hecho es que la clave no está en el cómo, sino en el modo. Eso es lo que diferencia la fortaleza humana: el modo en que nos enfrentamos a las adversidades.
Esto nos lleva a una diferenciación entre los adjetivos “fuerte y débil” dentro de nuestra personalidad. Porque es común que nos atribuyamos, o califiquemos a quienes nos rodean, una forma de ser en base a estos dos adjetivos que van de la mano. Pasamos de uno a otro constantemente, y ese es el avance.
Encuentro, en muchas conversaciones, en muchos encuentros y reflexiones, un sentimiento de aversión hacia la debilidad. Como si Darwin tuviera razón y sólo el fuerte sobreviviera en estos tiempos donde ya no tenemos que cazar para sobrevivir. Las fortalezas y las debilidades se han convertido en otra cosa en el momento presente, y no es justo rechazar al débil sin, antes haberle echado una mano para que pueda crecer fuerte.
La mayoría de las veces, no nos sentimos fuertes, sino que aprendemos a ser fuertes. En otros momentos, no es que seamos débiles, sino que aún no es nuestro momento para superar el presente, estamos cogiendo impulso. Es algo dinámico, lo importante es no anclarse, sino estar atento al momento para poder elegir la superación.
Por eso, afortunadamente, nuestro MUNDO está en constante CONSTRUCCIÓN.
En mi anterior entrada os pedí vuestra colaboración porque me apetecía escribir sobre ese gran tema. Ese valor que PLATÓN ya idealizó en sus tiempos, y sobre el cual siempre podría generarse un debate largo y extenso.
Sonja Lyubomirsky es profesora de psicología de la Universidad de California (Riverside) y es un artículo escrito por ella, el causante de mi inspiración de este post.
Un día, en mis tiempos de opositora, leí algo similar a esto que yo transcribo de forma no literal:
De repente, preguntas y más preguntas: ¡¡¡¿Dónde quedaba eso de que tu mundo dependía de ti?, ¿cuanta felicidad había en mi ADN?, ¿existen las transfusiones de felicidad?, ¿ qué puedo YO ante estas cifras?!!!
Analicemos vuestras respuestas: el 60% de vosotros no dudó en marcar la opción de que VUESTRA felicidad dependía íntegramente de VOSOTROS, un tercio fue más precavido y apostó por un 50% a otros factores. Nadie apostó por menos en su visión de ser FELIZ.
Para los OPTIMISTAS, los datos no cambian: siempre podrán poner todo su 100% en perseguir la felicidad (independientemente de que las acciones de uno sean el 40% de la fórmula). Para aquellos que sienten que se les escapa un poquito eso de ser positivos, puede que una ligera desazón les invada el corazoncito, pero no os desaniméis, seguid leyendo…
NUNCA hay que quedarse con lo superficial…
Tras leer el estudio al completo, os anoto algunas reflexiones que me han gustado y que quiero compartir:
FUENTES DEL OPTIMISMO: son nuestras virtudes, nuestra motivación y actitud ante el día a día, el marcar objetivos realistas y la influencia de los genes y el entorno (¿cuál es vuestra fuente más poderosa?)
LA FELICIDAD ES PUNTUAL: para poder disfrutarla, debemos mirarla desde lo novedoso, lo creativo o lo que hace que nuestra rutina sea distinta. Lo repetitivo hace que caigamos en la monotonía y la frustración de esa sensación un tanto vacía.
40%: nuestras actividades voluntarias deben ser escogidas en relación con nuestra personalidad. (Somos ÚNICOS)
ESFUERZO: tanto para el inicio como para el mantenimiento de nuestras actividades.
Desde este punto de vista, quizás la PERSPECTIVA es distinta. Quizás la determinación genética pueda ser una ayuda, pero el resultado total, sí que depende de NOSOTROS es una gran medida.
Pensad que el 40% es TODO vuestro, pensad que la FELICIDAD no es universal sino PERSONAL. No busquéis la felicidad en plagiar a otros, SED ÚNICOS, buscad vuestra DIFERENCIA. Todos tenemos un sello, todos somos CAPACES de ser felices.
No existen FÓRMULAS MAGISTRALES, no las busquéis. Usad la CREATIVIDAD y encontrad la fórmula que se ajuste a vuestro pequeño GRAN MUNDO.
¿Cuál es la vuestra?
NOTA: para los que seáis más curiosetes, os dejo el enlace del artículo (ojo, en inglés): factores de la felicidad y en relación a la autora.
NOTA 2. Los datos recogidos no se corresponden con una traducción literal del artículo, sino es la interpretación propia de la autora del post.
A veces, nosotros creemos saber a quién debemos interpretar. A veces, el mundo que nos rodea cree que tiene la licencia para decirnos cómo actuar. Pero, ¿y si nos equivocamos?, ¿y si el mundo se equivoca?.
Nadie es tan sabio como para saber de qué pasta estamos hechos. Sólo cada uno de nosotros es capaz de descifrar tan complejo paradigma.
Un día, sin esperarlo, la idea que teníamos en la cabeza sobre cómo era eso de vivir se rompe en mil pedazos. El viaje que esperábamos realizar cambia su rumbo de modo inesperado. Frustración, ira, venganza, miedo, angustia…Todo invade nuestro cuerpo, nos bloqueamos inmóviles ante la desesperación de no saber como continuar.
Pero el tiempo pasa, y sin que nos demos cuenta, los caminos que debemos seguir se bifurcan: podemos seguir sumergidos en la inercia de ser actores con un guión escrito; o podemos tomar el camino alternativo y trasformar los fantasmas en vida. Aceptación, esperanza y superación recargan nuestra ilusión para reescribir nuestro nuevo guión y partir de cero.
No es fácil vivir ante las adversidades, pero menos fácil es vivir vencido por las adversidades. Dejemos volar con libertad a esa mariposa que todos llevamos dentro.
Quizás nos lleve nuestro tiempo, quizás sea un trabajo duro, quizás nos encontremos piedras en el camino, pero… ¿Quién dijo que ser mariposa fuera un trabajo fácil?
He vuelto a ver este corto que tantas emociones me despertaron: risa, llanto, sorpresa, admiración, esperanza, gratitud por la vida… Gracias, amiga, por compartirlo en su día.