Queridos Reyes Magos (o Papá Nöel en su defecto),
Sé que este año tenéis muchas cartas que atender y estáis muy ocupados buscando al detalle cada regalo con ilusión.
Yo os escribo también la mía…Son algunas cosas para incluir en ese saco mágico que cada año transportáis en muchos hogares.
Con todo mi deseo y amor, os traslado algunos de mis deseos:
Me gustaría pediros que este año me regaléis tiempo de juego. Me gusta mucho sentir que me acompañan simplemente estando presentes. ¡Aprendo mucho jugando!. Creo que a los mayores, a veces, se les olvida que una vez fueron pequeños.
Me gustaría que me regalarais valores. Quiero aprender a elegir cuando compartir o cuando no, cuando ser generoso en la medida adecuada, cómo cuidarme y cuidar del otro. Sé que es un regalo necesario, porque así aprenderé a relacionarme mejor. Y necesito verlo en vosotros, porque es el mejor modo de saber cómo hacerlo.
Me gustaría incluir un regalo para los papis y mamis: un poco de tiempo de cuidado. Porque si ellos están bien, podrán estar bien con sus niños.
Me gustaría que me regalarais tiempo para crear y soñar e imaginar. No necesito tener juguetes muy elaborados, sino tener bases para construir el mundo con el que sueño en mi mente. Pinturas, telas, cajas de cartón, un parque con charcos o con arena para hacer castillos. Naturaleza, aire puro, plastilina ¿recordáis cuando eso no tenía que ser un regalo?
Y, si ya no fuera un exceso… también me gustaría un regalito para entender mejor mis emociones (aunque necesito a mis papis para eso…). Así podré entender que mis lágrimas no son para siempre o que mi alegría es contagiosa, o que en lugar de sentir que hay algo mal en mi cuando me equivoco podré buscar otros caminos.
Este año os pido que el número de regalos materiales sea razonable. Porque aunque podáis regalarme mucho, es importante que aprenda a esperar a otros momentos para poder tener. La regla del cuatro me gusta: algo que necesite, algo que me desee, algo para leer y algo que pueda llevar encima.
También me gusta la regla del regalar experiencias y momentos.
Si elegís no compartir la magia de nuestro secreto, porque creéis que es importante no mentir, sólo recordad que necesito saber soñar y tener capacidad de afrontar la realidad con mucho cariño. Solo pensad en qué necesitaríais vosotros si tuvierais mi edad.
Me gusta la regla del sentido común. Entiendo que alguna vez sus majestades os dejarán sin algún regalo, pero yo no necesito lo que vosotros no tuvisteis. Me gusta que podáis controlar el exceso.
Por último, me gustaría acabar mi carta pidiendo que mis regalos (algunos de ellos) puedan estar presentes durante el resto del año. Se me ocurre canjearlos por vales: “vale para un rato más en el parque”, “vale para un domingo de peli”, “vale para el cuento de buenas noches”…Porque esos son los regalos que más más me gustan.
Por último, muchas gracias por vuestro esfuerzo y dedicación. Gracias por buscar lo mejor para mi, por hacer sentirme especial, por vuestro cuidado. Gracias por hacer que un día, la magia pueda existir.
Elige tu camino, elige sonreír.