Motivación

El ARTE de Ponerse Excusas

“Hoy no tengo ganas, mejor mañana”, “Es que no es el momento adecuado, mejor esperemos que los astros se alineen”, “Si es que sé que no me va a servir para nada”, “Seguro que se me pasa, no es necesario hacer nada por el momento”…

Fuente: Quino
Fuente: Viñeta de Quino

¿A que nos suena estas frases?, ¿os son familiares?. Seguramente todos alguna vez en vuestra vida habréis caído entre sus redes y eso os habrá hecho aplazar cosas que, quizás fueran importantes, pero parecieron demasiado difíciles en su inicio.

    Actualmente, hay un término que está muy de moda en la actualidad: PROCRASTINACIÓN. ¡Vaya palabrita!, yo casi prefiero llamarlo: El Arte de Ponerse Excusas.

           En realidad, en un principio lo iba a llamar: Excusas para no ir al Psicólogo. Pero, realmente, me di cuenta que la actitud es lo que genera parte de la excusa. No hay excusas específicas para no hacer ciertas tareas, hay excusas universales que usamos para evitar ciertas tareas.

            La inspiración sobre lo que acabo de mencionar, me llegó a raíz de mi experiencia presente, ahora que estoy comenzando mi pequeña andanza, a menudo escucho frases del tipo: “Pues si que está bien lo que haces, todos necesitamos ir al psicólogo, pero quizás me animaré más adelante” o “bueno no suelo estar bien, pero en general no estoy tan mal como para tener que ir a terapia”. Es muy común la frase de “esto es sólo una racha” (aunque llevemos así algunos años…), “yo soy capaz de superarlo sin ayuda” y “si tuviera dinero…” (Hablo de casos donde lo económico no es un problema real).

              Pero me acabé dando cuenta de que, no son excusas para no acudir al Psicólogo, son barreras que creamos para no enfrentarnos a algo desconocido.

Fuente: Quino
Fuente: Viñeta de Quino

               Por eso, le cambié el titulo. En realidad, todo lo anterior es un ejemplo concreto de algo más general. El ser humano tiene a evaluar y poner en una balanza el esfuerzo, las decisiones, las recompensas…¡Lo medimos todo!. Generalmente, si el esfuerzo es mayor de lo que suponemos que será la recompensa, es común que el resultado sea este gran Arte de excusarnos para aplazar, evitar o no intentar hacer algo.

            En todas estas palabras, hay un punto muy importante: el sentimiento y la emoción. Siempre aparecen, y siempre me gusta hablar de ellos, son los protagonistas de mis historias. Ya que lo evaluamos todo, tendríamos también que valorar cómo nos sentimos cuando aplazamos planes, impulsos, actividades o propuestas. En este Arte, el alivio es algo común que se experimenta, ya que uno no tiene que enfrentarse a la activación que le supone cambiar la rutina. En otros casos, es ansiedad o nerviosismo, porque nuestra cabeza no para de decirnos que hagamos algo distinto a lo que responde nuestro cuerpo. También puede acudir la tristeza o decepción: “Otra vez que no hicimos lo que debíamos hacer”. Incluso un falso bienestar nos invade porque hemos aprendido a justificar nuestro Arte de ponernos excusas.

Fuente: Viñeta de Jim Davis
Fuente: Viñeta de Jim Davis

Si estas emociones llaman a nuestra puerta, es probable que no estemos del todo satisfechos con nuestras decisiones. Es momento de cambiarlas. Es momento de dejar de aplazar lo que verdaderamente sabemos que necesitamos. Es momento de dejar de anticipar que no merece la pena porque no lo conseguiremos o porque no es una recompensa que brille con luz propia.

           No nos damos cuenta de que únicamente nos centramos en que lo valioso es la meta, el objetivo final. Por eso, si lo sentimos demasiado lejano , poco alcanzable o con demasiados obstáculos en el camino, es probable que nuestro cerebro se defienda y no le apetezca intentarlo.

        La meta, el fin, es el movimiento. Podemos ser lineales, podemos ir por caminos más largos o más cortos, retroceder y coger impulso…Pero nunca quedarnos parados. Si estamos quietos, no exploraremos ni encontraremos nada. Si nos movemos, puede que encontremos un objetivos alternativos, recompensas inesperadas que puede que nos satisfagan más que la que habíamos idealizado.

        «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy», eso dice el refrán. Os animo a modificarlo, no dejes de intentar hoy, aquello que siempre te apeteció hacer. O no te pongas hoy, las excusas que lamentarás mañana.

Trasforma tu Arte en Movimiento.

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