Hoy me apetece compartir una SONRISA…
Será una sonrisa especial, propia, verdadera y real.
Una sonrisa que se enfrente a lo que no nos gusta, a lo que nos hiere, a lo que nos pellizca por dentro.
Una sonrisa emotiva, con sentimiento. No una sonrisa cualquiera, es una de esas sonrisas que definen quien eres. Vas por la calle diciendo: ¡Eh, mirad todos!: esta es mi sonrisa…(es genial esa sensación, ¿verdad?)
Las hay de medio lado, de oreja o oreja, mostrando dientes o con carcajada incluida. Es cuestión de ELEGIR…
Pero si hasta los estudios nos dicen que hacemos ejercicio cuando sonreímos (movemos hasta 430 músculos al parecer según cuentan algunos expertos…).
Dejemos las palabras y vayamos a lo práctico: subo una comisura de la boca, subo la otra, et voilà: LO CONSEGUIMOS. No era tan difícil, ¿verdad?.
Muchos podréis pensar que os lo pongo muy difícil y que, en realidad, estoy hablando de una sonrisa lejana o complicada, que no es real o que parece idealizada. No es mi intención y vosotros decidís la versión de sonrisa de la que estoy hablando…
En realidad, esto mismo es lo que pasa con nuestra vida: podemos elegir el camino fácil o el camino menos fácil. Pero al final, en un momento u otro siempre nos quedará nuestra sonrisa (porque es nuestra y genuina, no lo olvidéis nunca).
Simplemente quería retomar mi blog compartiendo algo que nos ayuda a ver la vida con perspectiva.
Os animo a complicar menos la vida y COMPARTIR más SONRISAS.